El próximo jueves, 11 de diciembre a las 19:45 h., en la reunión de comunidad, hablaremos sobre algo tan necesario como la esperanza. Nos preparamos así para celebrar una navidad llena de esperanza. Todos estáis invitados.

El próximo jueves, 11 de diciembre a las 19:45 h., en la reunión de comunidad, hablaremos sobre algo tan necesario como la esperanza. Nos preparamos así para celebrar una navidad llena de esperanza. Todos estáis invitados.


Oración del Jubileo
Padre que estás en el cielo,
la fe que nos has donado en
tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,
y la llama de caridad
infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,
despierten en nosotros la bienaventurada esperanza
en la venida de tu Reino.
Tu gracia nos transforme
en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio
que fermenten la humanidad y el cosmos,
en espera confiada
de los cielos nuevos y de la tierra nueva,
cuando vencidas las fuerzas del mal,
se manifestará para siempre tu gloria.
La gracia del Jubileo
reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero
la alegría y la paz
de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.
Perdónanos por la guerra, oh Señor.
¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros pecadores!
¡Señor Jesús, nacido a la sombra de las bombas que caen sobre Kiev,
ten piedad de nosotros!
¡Señor Jesús, que moriste en los brazos de una madre en un búnker en Kharkiv,
ten piedad de nosotros!
¡Señor Jesús, un joven de 20 años enviado al frente,
ten piedad de nosotros!
¡Señor Jesús, que aún contemplas manos armadas a la sombra de tu Cruz,
ten piedad de nosotros!
Perdónanos, oh Señor.
Perdónanos, si no estamos satisfechos con los clavos con los que crucificamos Tus manos, mientras continuamos apagando nuestra sed
con la sangre de los mutilados por las armas.
Perdónanos si estas manos que creaste para cuidar
se han transformado en instrumentos de muerte.
Perdónanos, Señor, si seguimos matando a nuestro hermano;
Perdónanos, si seguimos como Caín recogiendo las piedras
de nuestros campos para matar a Abel.
Perdónanos, si seguimos justificando nuestra crueldad con nuestro trabajo,
si legitimamos la brutalidad de nuestras acciones con nuestro dolor.
Perdónanos por la guerra, oh Señor. Perdónanos por la guerra, oh Señor.
¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, te imploramos! ¡Retén la mano de Caín!
Ilumina nuestras conciencias;
Que no se haga nuestra voluntad;
¡No nos abandonéis a nuestras propias acciones!
¡Detennos, oh Señor, detennos!
Y cuando hayas detenido la mano de Caín, cuida también de él. Él es nuestro hermano.
¡Oh Señor, pon fin a la violencia!
¡Detennos, oh Señor!
Amén.